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La colección L.U.C, de Chopard, representa la cumbre de la maestría relojera de la marca, que combina la artesanía tradicional con la innovación contemporánea. La línea L.U.C, que lleva el nombre del fundador de la empresa, Louis-Ulysse Chopard, encarna la precisión, la elegancia y la maestría técnica.
Cada reloj L.U.C se fabrica en los ateliers Fleurier, de Chopard, donde se presta una atención meticulosa a cada detalle. La colección es famosa por sus sofisticadas complicaciones, como los calendarios perpetuos, los tourbillones y el uso de movimientos automáticos de micro-rotor, muchos de los cuales están certificados por el COSC por su precisión cronométrica y llevan el prestigioso sello Poinçon de Genève.
Un rasgo distintivo de la serie L.U.C es su equilibrio entre estética clásica e innovación de vanguardia. Ya se trate de las refinadas carátulas, los movimientos bellamente acabados a mano o el uso ético de materiales como el oro ético, los relojes L.U.C encarnan el lujo atemporal con conciencia.
Hoy, Chopard ha desvelado interpretaciones renovadas de dos de sus creaciones más destacadas.
L.U.C Flying T Twin Perpetual
Chopard marca un nuevo capítulo en su legado histórico con la introducción del Calibre L.U.C 96.36-L, una muestra de brillantez relojera. Este movimiento aúna con maestría dos de las complicaciones más prestigiosas de la alta relojería: un tourbillon volante y un calendario perpetuo con una audaz indicación de fecha de gran tamaño.
El L.U.C Flying T Twin Perpetual es un alegre homenaje a la dedicación de Chopard a la artesanía. Su caja de 40.5 mm, elaborada en oro amarillo ético de 18 quilates, irradia un sofisticación con su perfil bassiné esbelto y curvado (bassiné significa que la parte inferior de la caja se curva suavemente hacia dentro). Esta elegancia se complementa con una esfera de oro de color Forest Green (verde bosque), meticulosamente acabada en guilloché que ofrece tanto detalles refinados como la legibilidad que demanda un reloj con sus funciones.
Desde la fundación de Chopard Manufacture en 1996, la casa no ha dejado de redefinir el arte de la relojería, ampliando los límites de la maestría técnica y el diseño elegante. Un momento crucial se produjo en 2013 con el debut del L.U.C Perpetual T, el primer reloj de Chopard que combinaba un tourbillon con un calendario perpetuo. Le siguió en 2019 el innovador L.U.C Flying T Twin, el primer reloj de la marca con tourbillon volante de cuerda automática. Este innovador modelo sigue siendo el único reloj de su clase que cuenta tanto con el prestigioso Sello de Ginebra como con la certificación de cronómetro COSC.
Ahora, el L.U.C Calibre 96.36-L se basa en este legado. Compuesto por 319 componentes, este movimiento integra un torbellino volante con un calendario perpetuo que registra días, fechas y meses —y los años bisiestos— sin necesidad de ajustes manuales hasta el 1 de marzo de 2100. El movimiento ultraplano de 6 mm se beneficia de la tecnología Chopard Twin, con dos barriletes apilados y un microrrotor de oro macizo, que proporciona una impresionante reserva de marcha de 65 horas.
El reloj está alojado en una caja de nuevo diseño que complementa su sofisticada mecánica. Mide 40.5 mm de diámetro y sólo 11.6 mm de grosor. Su caja oro amarillo ético de 18 quilates presenta el mencionado estilo bassiné, con una base más estrecha que transita suavemente hacia un bisel pulido y abombado. Muy orgánico.
Acabada en un llamativo color verde, la carátula presenta un radiante motivo guilloché soleil que emana del tourbillon volante situado a las 6 horas. Alrededor de la esfera hay un minutero finamente caracolado, con manecillas e índices de oro amarillo que aportan contraste y claridad. El calendario perpetuo se muestra con elegancia a través de una amplia ventanilla de fecha doble a las 12 horas, flanqueada por dos subesferas caracoladas. A las 9 horas, el indicador de 24 horas hace las veces de indicador día/noche, dividido en un motivo de rayos de sol para el día y un grabado horizontal para simbolizar el anochecer. Buen detalle.
Por primera vez en las colecciones de Chopard, este modelo incorpora un sistema de correas intercambiables, que permite al usuario adaptar su reloj a cualquier ocasión sin esfuerzo. Además de las correas de piel de aligátor y de becerro incluidas, las boutiques Chopard ofrecen una gama de correas adicionales de diversas texturas y colores, que garantizan la combinación perfecta para cada momento.
L.U.C Lunar One
El L.U.C Lunar One de Chopard regresa con una elegancia renovada, al ofrecer una visión audaz y poética de la más romántica de las complicaciones relojeras: la fase lunar. Esta última evolución combina a la perfección la brillantez técnica con el arte refinado, iluminando el camino de la alta relojería de la casa. El modelo está disponible en oro ético blanco y rosa de 18 quilates.
Presentado por primera vez en 2005 como calendario inaugural y complicación astronómica de Chopard Manufacture, el L.U.C Lunar One ha seguido siendo un icono en su clase. Es el único reloj de su clase que cuenta con una indicación orbital de precisión de las fases lunares, en la que la luna se desliza con gracia dentro de una abertura giratoria, reflejando el ballet celestial.
El Calibre L.U.C 96.13-L es un movimiento mecánico automático dotado de calendario perpetuo y función astronómica de fases lunares. Su precisión es notable, ya que sólo necesita un ajuste de un día cada 122 años.
El L.U.C Lunar One es una brillante expresión de la maestría relojera de Chopard, que combina la complejidad mecánica con la belleza celestial. Su calendario perpetuo, con fases lunares orbitales, muestra con elegancia la fecha, el día, el mes, los años bisiestos y una escala adicional de 24 horas. El cielo nocturno cobra vida en la esfera a medida que el astro nocturno orbita con gracia el eje del segundero pequeño, una característica que confiere a la fase lunar su distintivo carácter «orbital».
Esta exquisita complicación refleja los cielos de ambos hemisferios, mostrando la Osa Mayor en el Norte y la Cruz del Sur en el Sur. Calibrada por los maestros artesanos de Chopard, la indicación de las fases lunares es astronómicamente exacta, con sólo 57.2 segundos de diferencia entre cada ciclo lunar. Tal precisión significa que pasarán 122 años antes de que la indicación requiera un ajuste de un día, un testimonio de la dedicación de Chopard a la excelencia duradera.
En busca de la elegancia y la innovación, el L.U.C Lunar One es uno de los raros calendarios perpetuos automáticos que incorporan un microrrotor de oro macizo. El microrrotor, adornado con el logotipo L.U.C y un delicado grabado guilloché, refleja la meticulosa atención al detalle que se ha puesto en el Calibre L.U.C 96.13-L. Gracias a la tecnología Chopard Twin y a sus barriletes dobles apilados, el L.U.C Lunar One presume de una muy buena reserva de marcha de 65 horas.
Los dos nuevos relojes se unen con gracia a la colección L.U.C Lunar One, que se distingue por una caja más delgada y refinada que refleja la última evolución de la estética L.U.C, con la sutil y mencionada forma actualizada. Con un diámetro de 40.5 mm y un grosor de sólo 11.6 mm, el reloj ofrece un ajuste sin esfuerzo. Elaborada en oro blanco o rosa ético de 18 quilates, la caja presenta una distintiva forma bassinée —así como ocurre con su hermano Flying T Twin, descrito arriba), en la que la base se estrecha sutilmente bajo el bisel abombado y pulido. Este refinado perfil se inspira en los relojes de bolsillo diseñados por Louis-Ulysse Chopard en el siglo XIX. Los lados verticales satinados de la caja complementan la corona acanalada y graciosamente curvada, ofreciendo elegancia visual y facilidad de manejo. La esfera guilloché hecha a mano, testimonio de la maestría artesanal, ofrece una legibilidad excepcional con sus indicaciones cuidadosamente dispuestas. Se requiere un trabajo meticuloso para garantizar que cada esfera destinada a estos nuevos modelos L.U.C Lunar One —disponibles en una selección de colores azul oscuro o rosa salmón— esté adornada con un motivo guilloché sol que irradia desde el indicador de las fases lunares situado a las 6 horas, el punto focal de este reloj.
Más allá de su precisión mecánica (certificada por el COSC) el L.U.C Lunar One deslumbra por sus excepcionales acabados, que le han valido el prestigioso sello Poinçon de Genève.
Al igual que el nuevo L.U.C Flying T Twin Perpetual, el Lunar One también viene con nuevas correas intercambiables que permiten añadir un toque personal a los relojes.
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