Credits: Article and images by Israel Ortega @ Revolution Watch Magazine. See the original article here - https://revolution.watch/mxl/breguet-por-siempre/
En 2025, Breguet conmemora 250 años de historia como una de las casas relojeras más influyentes de todos los tiempos. Fundada en 1775 por Abraham-Louis Breguet en París, la marca no sólo ha resistido el paso del tiempo: lo ha marcado. Desde la corte de María Antonieta hasta el puño de Winston Churchill, sus relojes han sido testigos de la historia, fusionando técnica, arte y distinción.
Breguet no es simplemente un fabricante de relojes, sino un símbolo de la alta relojería entendida como ciencia aplicada con alma. Su fundador revolucionó la industria con invenciones como el tourbillon —que contrarresta los efectos de la gravedad sobre el movimiento— y el muelle de gong, precursor del repetidor de minutos. Estas innovaciones no sólo elevaron la precisión mecánica, sino que definieron estándares aún vigentes.


Cada creación de Breguet es una obra de arte mecánica: desde los delicados patrones de guilloché grabados a mano hasta sus acabados minuciosos, la marca encarna la fusión perfecta entre tradición y modernidad. Hoy, bajo el paraguas del Swatch Group, Breguet sigue evolucionando, integrando tecnología de vanguardia sin perder su esencia.
Celebrar un cuarto de milenio no es mirar al pasado con nostalgia, sino reafirmar una filosofía: que la excelencia artesanal y la innovación pueden —y deben— caminar juntas. En este aniversario, Breguet no solo honra su legado; lo proyecta hacia el futuro, inspirando a nuevas generaciones de relojeros y coleccionistas en busca de belleza, precisión y trascendencia.


Una historia sin igual
Resulta casi injusto intentar condensar la historia de Breguet en unas cuantas líneas, pero no deja de ser emocionante detenerse a contemplarla para comprender la dimensión de su impacto en la relojería durante un cuarto de milenio.
Todo comenzó en 1775, cuando Abraham-Louis Breguet estableció su taller en el Quai de l’Horloge, en la Île de la Cité de París. Desde sus inicios, marcó una era de innovación con la invención, en 1780, del primer reloj automático —la célebre “Perpétuelle”— y, en 1783, del resorte de gong, precursor de los repetidores de minutos. Ese mismo año recibió el encargo del reloj “Marie-Antoinette” (No.160), una obra maestra que reunía todas las complicaciones conocidas de la época. En 1790 creó el “pare-chute”, uno de los primeros sistemas antimagnéticos, y en 1795 introdujo la espiral Breguet, clave para mejorar la isocronía.




La historia de la relojería, como la historia humana, no ocurre en el vacío. Durante la Revolución Francesa, Breguet se refugió en Suiza, pero regresó en 1795 para relanzar su negocio con una idea brillante: el reloj Souscription. Con una sola manecilla, diseñado para un público más amplio y accesible mediante un pago inicial del 25%, el modelo anticipaba formas modernas de financiación participativa. En 1798, Napoleón Bonaparte adquirió tres relojes antes de su campaña egipcia, y un año después, Breguet presentó su primer reloj “tacto”, legible sin necesidad de mirar, pensado incluso para personas con discapacidad visual.
En 1801, patentó el tourbillon, una de las complicaciones más admiradas en la alta relojería. Años después, su reputación se consolidaba globalmente: fabricó relojes para el sultán otomano Selim III, para la reina de Nápoles Caroline Murat —quien en 1810 encargó el que hoy se considera el primer reloj de pulsera— y para el zar Alejandro I de Rusia.


En 1815, Breguet fue nombrado Relojero de la Marina Real Francesa, un título que reconocía tanto su precisión como su valor científico. A su muerte, en 1823, el legado pasó a su hijo Louis-Antoine y luego a su nieto Louis Clément François. En 1830, Breguet creó el primer reloj sin llave de cuerda, precursor de los sistemas modernos de remontuar.


En 1870, la familia Brown asumió el control de la empresa, manteniéndola a flote incluso durante las guerras mundiales. En 1929, Breguet fabricó el primer movimiento de calendario perpetuo para reloj de pulsera (No.2516), otro hito técnico.
En 1976, la producción se trasladó de Francia a la Vallée de Joux, en Suiza. La marca fue adquirida en 1987 por Investcorp y, en 1999, por el Swatch Group, lo que permitió su renovación tecnológica sin perder su alma histórica.
En 2010, Breguet continuó innovando con el pivote magnético y el regulador de golpe magnético, reafirmando su liderazgo técnico.


Hoy, en su 250º aniversario, Breguet celebra su legado con una creación que honra su pasado: el Classique Souscription 2025, una reinterpretación del modelo de 1795. Una pieza que rinde homenaje a su historia, y reafirma su compromiso con el futuro de la alta relojería.


Creaciones culminantes
Breguet es célebre por sus aportaciones a la relojería. De acuerdo con la casa relojera, sus principales invenciones incluyen:
- Reloj Automático (Perpétuelle, 1780): Breguet reivindica el primer reloj automático, con un movimiento oscilante accionado por el movimiento del usuario. Historiadores señalan que relojes automáticos existían desde 1770, con Hubert Sarton y Abraham-Louis Perrelet como precursores reconocidos, aunque Breguet perfeccionó aquellos diseños.
- Tourbillon (1801): Patentado por Breguet, este mecanismo compensa la gravedad, mejorando la precisión de los relojes de bolsillo. Los relojes de pulso ya no se benefician tanto del tourbillon, pero este dispositivo de regulación se ha convertido en una alta complicación muy adorada y distinguida.
- Resorte de Espiral Breguet (1795): Este resorte mejora la isocronía del movimiento. Este es otro ejemplo de un dispositivo existente que fue profusamente mejorado por el relojero francés.
- Reloj Tacto (1799): Diseñado para leerse al tacto, Breguet lo presenta como una primicia con un mayor refinamiento y utilidad.
- Reloj de pulso (1810): Breguet creó el primer reloj de muñeca conocido para la reina de Nápoles. Hoy, la colección Reine de Naples evoca este romántico legado.
- Pivote Magnético (2010): Una innovación moderna que mejora la resistencia al magnetismo, reconocida como exclusiva de Breguet. El Classique Chromométrie 7727 (2010) es uno de los relojes más trascendentales de los últimos años, un parteaguas de la horología moderna y de la historia que ya escribe.
- Classique Souscription 2025: Para su 250º aniversario, Breguet lanzó este reloj con una nueva aleación de oro y movimiento Calibre VS00, destacando su capacidad para combinar tradición y modernidad.
Arte perpetuo
Breguet es un emblema indiscutible de la artesanía relojera, donde tradición, técnica y elegancia convergen con maestría. Su compromiso con los oficios históricos se expresa en prácticas excepcionales como el esmaltado grand feu, una técnica en la que capas de esmalte se cuecen a altas temperaturas para lograr esferas de un blanco puro o de intensos colores. El proceso, delicado y exigente, requiere precisión absoluta: una mínima variación térmica puede comprometer todo el trabajo.
La minuciosidad continúa en detalles como el pulido a mano de los componentes, incluidas las agujas pomme azuladas al fuego, y en el uso de la firma secreta grabada con pantógrafo, una técnica introducida por Abraham-Louis Breguet en el siglo XVIII como garantía de autenticidad y protección contra falsificaciones.


Los acabados satinados de las cajas, junto con los movimientos decorados con Côtes de Genève, perlage y ángulos biselados a mano, dan cuenta de una obsesión por la perfección estética y técnica.
Pero entre todos estos oficios, el guilloché —grabado artesanal de patrones geométricos sobre esferas y movimientos— es quizá la firma más reconocible de Breguet. Este meticuloso proceso se realiza sobre tornos mecánicos del siglo XIX, operados por expertos de pulso firme y visión entrenada. Cada patrón, desde el Clous de Paris hasta el emblemático Quai de l’Horloge, refleja la luz con hipnótica complejidad, dotando al reloj de profundidad y carácter únicos.


En lugar de adoptar técnicas modernas como el grabado láser, Breguet insiste en preservar el guilloché tradicional, lo que confiere a sus piezas un valor añadido en una era dominada por la automatización. El error más leve —una presión mal calculada o un ángulo incorrecto— puede arruinar horas de trabajo. Por eso, cada artesano se forma durante años, afinando su destreza hasta lograr superficies que rozan lo escultórico.
Más que una decoración, el guilloché es una declaración de principios. En modelos como el Classique Souscription 2025, este legado cobra vida con una nitidez y elegancia que solo Breguet puede ofrecer.
Más allá de la invención
Breguet no solo revolucionó la relojería con innovaciones técnicas; también transformó su estructura cultural e industrial. A través de modelos comerciales pioneros, un lenguaje estético propio y una devoción inquebrantable por los oficios artesanales, la maison forjó un legado que redefinió la alta relojería.
Modelo de Souscription (1795): Abraham-Louis Breguet ideó un sistema de precompra que exigía un depósito inicial del 25 por ciento para financiar la producción de su reloj Souscription. Este método —antecesor del crowdfunding moderno— no solo democratizó el acceso a relojes de lujo, sino que anticipó las actuales estrategias de preorden adoptadas por firmas en la actualidad.




Estética como estándar: Breguet consolidó un estilo visual distintivo: agujas pomme azuladas, diales guilloché, numerales caligráficos y cajas estilizadas. Estos elementos, presentes hoy en el Classique Souscription 2025, inspiraron a casas como Vacheron Constantin y se convirtieron en códigos atemporales del diseño relojero.
Los “chiffres Breguet”: Sus característicos numerales arábigos, de trazo fino y elegante, surgieron hacia 1783. Aunque no fueron inéditos en su época, Breguet los estandarizó y elevó a símbolo de refinamiento. Más que cifras funcionales, son emblemas de su legado estético muy empleado en nuestros días.
Profesionalización de la relojería: Al ser nombrado Relojero de la Armada Real Francesa en 1815, Breguet incorporó métodos científicos y estándares técnicos a la relojería, sentando las bases para una industria más rigurosa y sofisticada.
Guardían de la artesanía: En plena industrialización, Breguet defendió técnicas como el guilloché y el esmalte grand feu, manteniéndolas vivas cuando muchas manufacturas las abandonaban. Su influencia es tangible en las actuales colecciones métiers d’art de firmas de alta relojería.
A diferencia de sus invenciones mecánicas —como el tourbillon o el reloj automático—, estas contribuciones delinean su impacto en el alma misma de la industria: su cultura, sus valores y su manera de concebir el lujo.
Para conmemorar
En 2025, Breguet celebra su 250º aniversario con una pieza profundamente simbólica: el Classique Souscription 2025. Inspirado en el modelo original de 1795, este reloj de edición limitada se ofrece exclusivamente en boutiques Breguet. Su caja de 40 mm, realizada en una aleación inédita —Breguet gold, compuesta de oro, plata, cobre y paladio—, rinde homenaje a los metales del siglo XVIII. El dial de esmalte grand feu blanco, con numerales petit feu y aguja pomme azulada, encarna la excelencia artesanal de la casa.


El delicado guilloché manual reproduce el motivo Quai de l’Horloge, evocando la Île de la Cité, cuna del primer taller de Breguet. En su interior late el calibre manual VS00, con 96 horas de reserva de marcha, espiral Nivachron y puente central arquitectónico. La firma secreta grabada con pantógrafo y el estuche de cuero marroquí rojo —inspirado en los cofres de viaje de antaño— completan este tributo al ingenio, la historia y la modernidad.


La eternidad de Breguet
Con esta conmemoración, Breguet no solo celebra su herencia: reafirma su papel como guardián del tiempo y del arte relojero. Cada detalle es una declaración de principios. Breguet no mide el tiempo: lo transforma en legado. Y en su 250º aniversario, sigue demostrando que la elegancia verdadera es, también, inmortal.
Credits: Article and images by Israel Ortega @ Revolution Watch Magazine. See the original article here - https://revolution.watch/mxl/breguet-por-siempre/