Credits: Article and images by Cheryl Chia @ Revolution Watch Magazine. See the original article here - https://revolution.watch/mxl/audemars-piguet-code-11-59-ultra-complication-universelle-rd4-en-the-revolutionary-list-relojes-tecnicamente-brillantes/
Este año, Revolution cumple 20 años. Dos décadas de crónicas sobre relojes, personas e ideas nos han dado un asiento en primera fila para una historia extraordinaria: cómo un oficio ancestral ha preservado su alma y se ha reinventado para el siglo XXI. Para celebrarlo, hemos elegido hitos que, para nosotros, definen la era hasta ahora.
Durante la mayor parte de la historia de la relojería, las grandes complicaciones han sido una especie de elefante blanco: enormes, de una complejidad intimidante y tan frágiles que cada intento de usarlas entrañaba el riesgo de una catástrofe. Podrán ser hazañas de bravura intelectual, pero nunca instrumentos hechos para la experiencia real del propietario.
El Code 11.59 by Audemars Piguet Ultra-Complication Universelle RD#4, lanzado en 2023, alteró drásticamente este paradigma. Demostró que una gran complicación podía ser compacta, robusta, coherente en su diseño e intuitiva de usar, al tiempo que abarcaba el conjunto completo de las altas complicaciones tradicionales y más. Con un diámetro de 42 mm y solo 15.5 mm de altura, incluida su tapa articulada, contiene un calendario perpetuo preciso durante siglos, una gran y pequeña sonería con función de repetición de minutos, un cronógrafo de rattrapante con retorno a cero y un tourbillon volador, todo integrado en un calibre automático de poco más de 1,100 componentes.

El Calibre 1000 fue el producto de siete años de desarrollo y representa la consolidación de los modelos RD anteriores. Reconsidera cómo se disponen, controlan y portan las complicaciones, al tiempo que avanza en la ejecución de cada una. El calendario perpetuo ejemplifica este cambio. En lugar de programar un ciclo bisiesto convencional de cuatro años, incorpora un ciclo secular, contabilizando automáticamente los años no bisiestos que ocurren al final de cada siglo. Permanecerá preciso sin corrección hasta el año 2400, cuando vuelva a ser un año bisiesto. Mecánicamente, esto se manifiesta en una rueda de programa que codifica 36 meses en lugar de los 48 habituales, lo que significa que febrero está siempre cortado para 28 días y los años bisiestos no se codifican directamente. Una leva de año bisiesto intercede entonces, limitando el descenso de la gran palanca en la muesca de febrero para que el mes dure 29 días cada cuatro años, mientras que una leva secular, que actúa a través de una palanca adicional, bloquea esta corrección una vez cada 400 años, asegurando que los años seculares no divisibles por 400 se traten como años comunes. Una rueda de programa de 36 meses permite un sistema más compacto, con un disco de años accionado directamente por el tren de ruedas secular.

Además, para reducir la altura, el mecanismo consolida lo que normalmente serían múltiples capas en una sola. La leva de fin de mes se integra en la rueda de la fecha, que normalmente consta de tres capas, incluido el dedo para hacer avanzar la rueda de los meses, mientras que la leva de los meses se integra en la rueda de los meses, normalmente distribuida en dos capas. De esta manera, la rueda de programa y la rueda de la fecha sirven tanto como ruedas dentadas como levas, capaces de ser accionadas y muestreadas.
La fase lunar es también ingeniosamente compacta pero realista. Emplea dos discos concéntricos con seis posiciones impresas cada uno, generando 10 etapas de transición en el ciclo lunar. Más significativamente, los dos discos reproducen con mayor fidelidad la forma cambiante del terminador, el límite entre las partes iluminada y en sombra de la Luna. El resultado es una representación que no solo es mecánicamente eficiente, sino visualmente más cercana al fenómeno astronómico que representa. El ajuste es igualmente avanzado. La fase lunar y el día se configuran mediante pulsadores en el flanco de la caja, mientras que la fecha y el mes se pueden ajustar bidireccionalmente mediante las coronas sin riesgo de daño.

La sonería es igualmente significativa. Una gran sonería, que repica las horas y los cuartos automáticamente, es la complicación más compleja de la relojería, añadiendo tres mecanismos distintos al repetidor de minutos básico: un disparador automático para la sonería, un disparador manual para el repetidor y un silenciador. Además, las cremalleras de repetición se reconfiguraron para eliminar las pausas irregulares que tradicionalmente se escuchan entre las horas y los minutos cuando no se repican cuartos, produciendo una cadencia consistente. El repetidor de minutos, por su parte, se acciona mediante un pulsador en lugar de una corredera, contribuyendo tanto a la resistencia al agua como a la accesibilidad del usuario.
Más allá de eso, también emplea la tecnología Super sonnerie, en la que los gongs se montan sobre una caja de resonancia entre la tapa trasera y el movimiento. La caja de resonancia es un cristal de zafiro de solo 0.6 mm de grosor, que tanto amplifica la resonancia como revela el movimiento que hay debajo. Una tapa trasera exterior articulada en oro, con aperturas, permite que el sonido se proyecte cuando se lleva en la muñeca, mientras que la caja mantiene una resistencia al agua de 20 metros. A las 6 en punto se halla un tourbillon volador con un volante de espiral libre que oscila a 3 Hz. La geometría, desarrollada para el RD#3, amplía la distancia entre los pivotes del volante y del áncora, permitiendo amplitudes muy altas sin sobrebanqueo y posibilitando un mayor par de fuerza en los barriles. A diferencia del RD#3, que empleaba un espiral plano por motivos de delgadez, el RD#4 reinstaura un espiral Breguet para optimizar la isocronía.

El cronógrafo demuestra una innovación adicional. El cronógrafo de retorno a cero con acoplamiento lateral incorpora un mecanismo de rattrapante, pero a diferencia de los rattrapantes tradicionales, el conjunto de división se aloja dentro del cubo del rotor automático. La rueda de división, las pinzas y la rueda de columnas se disponen dentro del alojamiento sobredimensionado de rodamientos de bolas, ahorrando altura y dejando el cronógrafo visible.
Todas las funciones son accesibles mediante coronas y pulsadores etiquetados, sin necesidad de un estilete. El resultado es un nivel de claridad operativa sin precedentes para un reloj de tal complejidad. Ha cambiado fundamentalmente la forma en que vemos la complejidad, a saber, que no necesita existir por sí misma.

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