Credits: Article and images by Israel Ortega @ Revolution Watch Magazine. See the original article here - https://revolution.watch/mxl/breitling-un-presente-muy-brillante/
En octubre de 2017, Georges Kern entró en la manufactura de Grenchen con una misión casi imposible: tomar una marca histórica de aviación, que vendía bien pero hablaba a muy pocos, y convertirla en la alternativa más deseada del lujo suizo. Siete años después, Breitling ha duplicado sus ventas, ha entrado al top 10 mundial por volumen y se ha convertido en la marca que crece más rápido entre mujeres y menores de 40 años. El secreto no fue inventar nada nuevo, sino volver a ser fiel a sí misma, pero contándolo de una forma que el mundo de hoy entiende y quiere.
Para avanzar hacia este éxito, Kern se apoya en sus equipos regionales que han sabido manifestar la intención corporativa al desplegar la estrategia que emana de Grenchen, rica en valores históricos y argumentos relojeros para los coleccionistas del presente. Recientemente, conversamos con Antoine Loron, director de Breitling para Latinoamérica y el Caribe, y con Gianfranco Gentile, director de patrimonio de la marca. Ambos nos presentaron las razones que explican la notable actuación de Breitling en nuestra región en los últimos años. Y, naturalmente, todo comienza con los iconos,
El Chronomat: la historia que lo explica todo
«El Chronomat es el reloj que vivió dos veces», afirma Gentile. La primera vida fue en 1940: el primer cronógrafo con regla de cálculo circular, patentado por Willy Breitling. «Era literalmente el primer smartwatch de la historia», dice Gentile. «Ingenieros, matemáticos y químicos hacían cálculos complejos girando el bisel». La segunda vida llegó en 1984, cuando Ernest Schneider lo resucitó para celebrar el centenario y, sobre todo, para vestir la muñeca de las Frecce Tricolori. «Los pilotos no confiaban en las pilas de cuarzo a 50,000 pies, ni en cambios brutales de temperatura», recuerda Gentile. «Querían automático sí o sí. Schneider les entregó el Chronomat con brazalete Rouleaux y les dijo: ‘Pueden llevarlo encima de las botas de vuelo y caminar por la nieve si se estrellan’».
Ese reloj grande, con sus rider tabs (los característicos índices atornillados sobre el bisel sobre los cuartos de hora) y el brazalete Rouleaux «de balas» se convirtió en el icono de los ochenta. En los 90, tuvo su gran resurgimiento, gracias a su estética inconfundible y a sus ediciones específicas que celebraban los cuerpos de vuelo de élite, como los Frecce Tricolori o los Red Arrows. Todos querían un Chronomat. Hoy, bajo Kern, el Chronomat es la plataforma de lanzamiento perfecta para la consolidación: base de las ediciones de la NFL, de Six Nations Rugby, de Giannis Antetokounmpo —con una esfera verde muy personal—, la de Erling Haaland con dial de meteorito, las de Victoria Beckham en oro amarillo y de lo que venga después.
De la aviación a la acción total
«El deporte siempre ha sido el pulso de Breitling», explica Gentile. «Willy Breitling seguía el Giro y el Tour de Francia en su propio coche. Hicimos el primer cronómetro dedicado a los árbitros de fútbol en los años 50, junto a la Associazione Italiana Arbitri. En 1959 patrocinamos el Grand Prix des Nations en Ginebra… ¡y lo ganó un joven Marco Pantani!». Esa conexión histórica es la que Kern ha reactivado con fuerza: Six Nations Rugby desde 2022, Ironman, World Surf League, Q36.5 Pro Cycling Team y, el gran golpe de 2025, convertirse en el primer reloj oficial de lujo de la NFL.
«Queremos que la NFL se recuerde cómo fue el Giro de Italia en su momento», dice Loron. «Es un éxito comercial brutal, sí, pero va más allá. Hay listas de espera para los Chronomat y Endurance Pro de los Chiefs, los Eagles o los Dolphins. Y lo más curioso: aunque la NFL es norteamericana, la afición en México y Latinoamérica es tan grande que los relojes se buscan en todo el mundo».
Los squads: autenticidad que vende
El otro gran acierto de Kern fue matar al embajador tradicional y crear los squads. «No queremos caras contratadas, queremos gente que viva la marca», resume Gentile. Austin Butler y Charlize Theron en el Cinema Squad, Kelly Slater en el Surfers Squad, Jan Frodeno en el Triathlon, Giannis Antetokounmpo, Erling Haaland y el equipo profesional de ciclismo Q36.5. «Cuando tratas con gente ‘aterrizada’ que participa con gusto y naturalidad, la gente lo percibe y quiere formar parte de esa historia», añade Loron. El resultado: las ediciones limitadas se agotan rápidamente y la marca ha ganado credibilidad cercana que la gente reconoce
Un lujo que también es para ellas
«Desde 2017 atacamos mercados que la marca había ignorado», cuenta Loron. «La venta femenina ha pasado del 2 % histórico al casi 20 %. El 40 % de las mujeres que entran a nuestras boutiques lo hacen solas». El nuevo Breitling Premier para dama es otra joya de esta estrategia. «Es un diseño completamente nuevo», explica Loron. «No es una versión reducida de algo existente. Toma detalles familiares —el brazalete con inspiración Navitimer, por ejemplo—, pero es elegante y moderno y responde a una estrategia centenaria: volver a las raíces de los años 40. Somos una marca generalista y debemos serlo para todos».
El futuro: menos referencias, más iconos
«Estamos en medio de una revolución», anticipa Loron. «Vamos a presentar menos evoluciones y a consolidar colecciones. Bajaremos las referencias para profundizar en los iconos y fortalecer las sociedades, sin abandonar nunca el patrimonio». El programa Rewind —relojes vintage certificados de 1950 a 1990— y la campaña del 140 aniversario “140 of Firsts” son la prueba: Breitling no necesita inventar legitimidad, solo necesita contarla bien.
En 2025, las boutiques ya no parecen hangares de aviación, sino lofts abiertos y acogedores. Los lanzamientos se realizan en summits itinerantes que llenan las redes sociales. Y el mensaje es claro: Breitling ya no es solo el reloj de los pilotos. Es el reloj de quien surfea con Kelly Slater, pedalea con el Q36.5, celebra un try en el Six Nations, hace un touchdown con la NFL, pasea por carretera a bordo de su Triumph o simplemente quiere un reloj de lujo que se vea muy bien con jeans.
Como dice Gentile, con su acento italiano y una sonrisa de oreja a oreja: «Tenemos más de un siglo de liderazgo en todo tipo de deportes. No pintamos un logo en la esfera porque sí. Siempre hubo una razón de ser».
Y esa razón, hoy más viva que nunca, es muy sencilla: Breitling no fabrica relojes para presumir. Fabrica relojes para vivir. Y según parece, cada día convence a más entusiastas.
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