Credits: Article and images by Israel Ortega @ Revolution Watch Magazine. See the original article here - https://revolution.watch/mxl/cartier-arte-para-siempre/
En relojería, los Métiers d’art (artesanía artística, en francés) representan las intrincadas artes decorativas que realzan la belleza y la artesanía de los relojes de lujo. Este campo especializado reúne a artesanos expertos en técnicas tradicionales y antiguas, como el grabado, el esmaltado, el engaste de piedras preciosas, el guilloché y la pintura en miniatura. Estos métodos decorativos, a menudo centenarios, convierten los relojes en obras de arte y hacen que cada pieza sea única.
Estos oficios añaden capas de complejidad, exigiendo no sólo precisión técnica sino también visión creativa para equilibrar la estética con las funciones mecánicas del reloj. Cada pieza Métiers d’art es un trabajo de amor, que a menudo requiere cientos de horas de trabajo, lo que garantiza que cada reloj no sea sólo un marcatiempos, sino también una obra de arte perdurable.
Naturalmente, uno de los más grandes exponentes de las lides de Métiers d’arts es Cartier. Este 2024, la casa celebra los primeros diez años de su Maison des Métiers d’art y es un momento perfecto para repasar el rol que esta lid artesanal —que tanta vida y fondo confiere a la relojería y a la joyería— desempeña para perpetuar las leyendas, historias, creaciones y personajes que conforman el gran acervo de Cartier.
Creada en 2014, la Maison des Métiers d’art nació del deseo de Cartier de compartir, preservar e innovar las disciplinas decorativas raras y en peligro de desaparecer. Como bien sabe usted, la casa francesa encarna y representa la búsqueda perpetua de la belleza, que es el hilo conductor de todas las creaciones Cartier que nacen en su estudio creativo. Ahí, todo nace desde el alma, corazón y mano.
La maison des Métiers d’Art es un ecosistema de conocimientos y oficios, talentos y experiencias, comprometidos en un intenso diálogo que teje vínculos fundamentales y preciosos entre el patrimonio y las tecnologías más avanzadas.
El taller propicia el encuentro entre relojería y joyería a través de un saber-hacer extraordinario y las creaciones más sofisticadas para alimentar una paleta ilimitada de medios de expresión. Esta visión pionera se basa tanto en el respeto a las prácticas históricas como en el deseo de establecer un diálogo entre estos oficios especializados en el marco de una búsqueda perpetua de la innovación. Desde sus comienzos, la Maison ha utilizado el savoir-faire más minucioso y poco común, como el esmaltado y la marquetería, factores que desde siempre han elevado sus creaciones a los más altos niveles de la joyería y la relojería.
Un oficio artístico es la aplicación excepcional de conocimientos y experiencias poco comunes y nacidos de la tradición. El dominio de estos oficios manuales, que suelen ser transmitidos de generación en generación —y que rara vez fueron documentados— requiere años de práctica, de generaciones, incluso. La Maison des Métiers d’Art de La Chaux-de-Fonds reúne actualmente oficios adaptados al mundo infinitamente pequeño de la relojería: tareas que han evolucionado con el tiempo y que desarrollan nuevos enfoques; trabajos basados en la experiencia, que se transmiten en secreto en los talleres de maestro a aprendiz. Cartier protege y desarrolla este patrimonio humano y técnico en el corazón de una red de excelencia: las Manufacturas de Relojería Cartier. Estas se encuentran repartidas en cinco sedes en Suiza. En el cantón de Neuchâtel se ubican la manufactura de La Chaux- de-Fonds y la manufactura de Couvet; en el cantón de Jura, la manufactura de Glovelier; y en el cantón de Friburgo, la instalación industrial de Villars-sur-Glâne. Se trata de una red única con más de 1,500 empleados de 20 nacionalidades distintas que representan más de 120 oficios.
La Maison des Métiers d’Art, ubicada muy cerca de la manufactura de relojería de la firma, refleja el compromiso de Cartier con los oficios artísticos: arraigado en la historia y centrado en el futuro.
Ubicada en lo que fue una granja de estilo bernés del siglo XVII, la Maison des Métiers d’art es un lugar renovado y muy moderno donde se encuentran la precisión relojera con la artesanía tradicional centenaria. En la atmósfera única de esta «maison-taller» de 1,500 metros cuadrados, las técnicas ancestrales, algunas de ellas milenarias, se subliman a través de creaciones originales.
En 2011, Cartier adquirió la granja con la ambición de transformarla en un centro de innovación creativa, apoyándose en su patrimonio de tradiciones y un savoir-faire antiguo que evoluciona con el tiempo. La restauración, a cargo del arquitecto Stéphane Horni (Gabinete A&A Atelier d’Architecture) y a Gilles Tissot, especialista en la renovación de antiguas granjas, consistió en reconstruir el interior del edificio utilizando elementos recuperados de varias granjas de la región y de los cantones de Neuchâtel y Berna (revestimientos de madera, suelo de piedra, puertas, chimenea, etc.). El volumen y la forma del edificio original fueron preservados, así como el uso de la cal en las fachadas, un elemento típico de la región. Para garantizar una organización arquitectónica y funcional moderna, era necesario cumplir con todos los requisitos oficiales, realizando ajustes que respetaran la estructura existente. La necesidad de aportar más luz a este viejo edificio llevó a los arquitectos a diseñar un pozo central que atravesara las plantas para proporcionar la iluminación indispensable para los artesanos relojeros y joyeros.
En la actualidad, este lugar se dedica específicamente al desarrollo y producción de colecciones de relojes de alta gama, basadas en una combinación única y apasionante de Métiers d’Art, joyería y pericia relojera. Los equipos cuentan con unos cincuenta empleados. Para facilitar los intercambios entre todas las especialidades en este lugar adaptado, se han introducido mejoras recientes para responder de manera óptima a la necesidad de fluidez. Su talento combinado ha dado lugar a más de treinta patentes.
Si bien la historia de Cartier comenzó con la joyería en 1847, la relojería se impuso a partir de 1853. Estos dos universos han evolucionado a través de una sinergia que ha forjado la singularidad de la casa.
Hoy en día, la relojería y la joyería caminan de la mano. El trabajo del metal se lleva a cabo bajo la dirección del joyero, quien es a la vez el escultor y el arquitecto de la joya, pero también el coordinador de todas las etapas de la creación. De este modo, el engaste y el pulido nacidos en la joyería están al servicio de la precisión relojera.
Los componentes de los movimientos de Alta Relojería se fabrican y decoran en el taller de la Manufactura de La Chaux-de-Fonds, donde se realizan diversas operaciones decorativas como el graneado circular (perlage). A continuación son trasladados a la Maison des Métiers d’Art, donde se realiza el ensamblaje y encajado, y se llevan a cabo los controles para transformarlos en movimientos. Esta organización se basa en una gestión rigurosa y un diálogo constante entre todos los actores de este ecosistema.
Los oficios artísticos siempre se han transmitido de manera oral y con la evidencia de las creaciones mismas que representan. Como las artes empíricas que son, corren el riesgo de perderse en el tiempo y desaparecer parcial o totalmente. Cartier es uno de los pocos grandes creadores que se esmera en preservar y consolidar estos saberes-hacer. Porque también se trata de desarrollarlos para poder seguir imaginando nuevas estéticas y sorprender sin dejar de responder a las limitaciones actuales. Esta misión se apoya en la investigación centrada en el pasado para volver a descubrir un gesto, una técnica o un acabado, y también en el futuro para adaptar las antiguas herramientas a las limitaciones creativas contemporáneas.
La Maison des Métiers d’Art de Cartier ha trabajado siempre con los mejores socios, y colabora con artesanos excepcionales. A estos últimos se les invita regularmente a trabajar en talleres especializados para satisfacer las necesidades de determinadas creaciones. Esta apertura da lugar a contribuciones únicas que alimentan este ecosistema gracias a la búsqueda compartida de la excelencia.
Los oficios artísticos pueden dividirse en tres grandes familias: el arte del fuego, el arte del metal y el arte de la composición.
El arte del fuego: esmalte
El «arte del fuego» abarca todas las técnicas en torno al trabajo del esmalte. Existen varios tipos de esmalte: pintado, tabicado, champlevé, grisalla, cloisonné y plique-à-jour. Estas especialidades están en constante evolución, ya sea mediante la mejora de las técnicas tradicionales o gracias a las innovaciones recientes. Por ejemplo, el esmalte grisalla es una técnica inspirada en la experiencia de los monjes benedictinos.
El arte del metal: granulado y filigrana
Para el granulado etrusco, el maestro artesano fabrica a mano cuentas de oro de diferentes tamaños. Estas cuentas se colocan una a una en motivos en contrarrelieve y a continuación se sueldan por fusión con láser. La carátula de un reloj necesita entre 2,000 y 3,000 pases bajo la llama.
El granulado de esmalte combina el arte del granulado etrusco con el esmaltado. El esmalte se estira en hilos que se cincelan en escamas que se transforman en cuentas bajo el efecto del calor. A continuación, se ensamblan según el motivo, el degradado de color y el volumen deseados.
La filigrana es una técnica de orfebrería que utiliza hilos de oro o plata fijados entre ellos mediante fusión para crear una rejilla calada con el motivo deseado. Para Cartier, el reto consistía no solo en adaptar esta práctica a las dimensiones de las cajas de los relojes, sino también en trascender esta artesanía eligiendo materiales de de joyería como oro, platino y toda piedra preciosa.
El arte de la composición: marquetería
En la Maison des Métiers d’Art de Cartier, el arte de la composición es el arte de crear formas y figuras mediante el ensamblado de distintos materiales, como madera, paja, plumas o pétalos, en el espacio de la carátula de un reloj. En casi todos los casos, es necesario colocar cientos de diminutas partes, una a una, en la carátula.
En Cartier, la innovación es esencial e inevitable. Es el resultado de los intercambios entre tradición y modernidad, y surge de la sinergia constante entre artesanos e ingenieros. Se basa en una dinámica especial que permite combinar las tecnologías más avanzadas con un savoir-faire artesanal único. Este acercamiento, llevado a un altísimo nivel de experiencia, permite la creación de relojes joya que ponen la técnica al servicio del estilo y la estética. En el corazón de la Maison des Métiers d’Art, un estudio de trabajo reúne a un equipo de ingenieros, expertos y técnicos cuyas investigaciones dan lugar a creaciones sorprendentes que se desarrollan tanto en torno a tecnologías vinculadas a los microfluidos, la mecánica o el magnetismo, como a innovaciones más recientes, por ejemplo la impresión 3D en oro o el láser.
La transmisión de estos oficios artísticos, cuya enseñanza se realiza de maestro a aprendiz, a través de la experiencia y generalmente de manera oral, es la principal preocupación de la Maison des Métiers d’Art. Con este fin, la Maison fomenta los vínculos con escuelas cercanas de Suiza y Francia.
En 1993, para contribuir a la formación de los relojeros del mañana, Cartier inauguró en Couvet (Suiza) un Instituto de Relojería que acoge desde entonces a aprendices y artesanos de todas las manufacturas Cartier para brindarles formación en los oficios relojeros y mecánicos. Cada año, entre 150 y 200 empleados reciben allí una formación.
La Maison des Métiers d’Art trabaja en colaboración con diversos centros de formación de Francia y Suiza en torno al engaste, la joyería y la relojería. Es el caso, por ejemplo, de la escuela de esmaltado del campus Richemont y del Institut Horlogerie Cartier (IHC), el cual forma aprendices en los distintos oficios de relojería, mecánica y microtécnica. Por último, los aprendices del IHC más destacados son incorporados a la casa todo el tiempo, perpetuando así las ideas y conceptos tradicionales que dan vida a las nuevas creaciones de Cartier de hoy y de mañana.
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