Credits: Article and images by Lee Sheng @ Revolution Watch Magazine. See the original article here - https://revolution.watch/mxl/jaeger-lecoultre-presenta-el-master-hybris-artistica-calibre-945/
Con la explosión de interés en los relojes durante la última década, y con internet haciendo la información más accesible que nunca, ya no es sorprendente para ningún entusiasta lo avanzado que puede ser un reloj, desde los calendarios perpetuos hasta los tourbillones. Es justo decir que las altas complicaciones se han convertido ahora en conocimiento común entre la nueva generación de coleccionistas.
Entonces, ¿qué tipo de complicación, o combinación de complicaciones, sigue siendo desconocida para la mayoría? Esa sería la indicación de elementos astronómicos, explorada solo por un puñado de marcas y, aún así, a menudo en números muy limitados. Aquí es cuando entra en escena el Jaeger-LeCoultre Master Hybris Artistica Calibre 945, una edición limitada de cinco piezas que reúne una indicación celeste, tourbillon, repetidor de minutos, esmalte en la esfera y más.
La Hybris Artistica es altamente complicada, pero de una manera significativa y poética. Impresiona no por exceso, sino por cómo sus muchos elementos se armonizan. El resultado es un reloj que se siente tanto técnicamente asombroso como emocionalmente conmovedor, y aun así se mantiene limpio y sereno. Echemos un vistazo más de cerca a lo que incorpora.
En primer lugar, entre la mezcla de complicaciones que se encuentran en la Hybris Artistica, aunque cueste creerlo, el tourbillon es quizás la más familiar de todas. Sin embargo, este no es un tourbillon ordinario. Es un tourbillon volante de un minuto que funciona también como indicador de segundos, pero lo que lo hace especial es su segundo eje de rotación. La jaula completa orbita alrededor de la esfera una vez por día sideral, lo cual es fascinante de observar, ya que la mayoría de los tourbillones giran en su lugar en lugar de viajar a través de toda la esfera.
Este segundo eje también conduce a otra de las complicaciones del reloj: la hora sideral. Un día sideral se diferencia del día solar de 24 horas que usamos en la vida diaria. Mientras que un día solar se basa en la rotación de la Tierra en relación con el Sol, un día sideral —que dura 23 horas, 56 minutos y 4 segundos— se mide con respecto a las estrellas fijas. Como tal, el tiempo sideral es utilizado por los astrónomos para rastrear y predecir los movimientos de los cuerpos celestes y para calcular sus posiciones. Tener una función una vez destinada a los astrónomos incorporada en un reloj de pulsera resulta bastante romántico.
Eso nos lleva a la siguiente complicación, que ocupa la mayor parte de la carátula: la carta celeste. La carta se mueve al unísono con el tourbillon, girando alrededor del centro de la esfera una vez por día sideral. Al hacerlo, representa en tiempo real el movimiento de las constelaciones a través del cielo. Esta carta en particular se basa en la vista del cielo del Hemisferio Norte tal como se ve desde el taller de Jaeger-LeCoultre en el Vallée de Joux.
Y si eso no es lo suficientemente impresionante, el relojero incluso ha incluido una función de sonería —un repetidor de minutos que permite saber la hora solo por el sonido, perfecto para aquellos que se aventuran profundamente en las montañas para observar las estrellas bajo un cielo oscuro como la bóveda celeste.
Por último, pero no menos importante, hay una sutil complicación “Huevo de Pascua”, en forma de una indicación de 24 horas. Está indicada por una pequeña aguja situada a lo largo del borde de la esfera, que completa una rotación completa cada día solar, o 24 horas. Es un detalle discreto que se integra bellamente en la composición, añadiendo un toque de sorpresa sin alterar la escena celeste.
Esmalte Grand Feu con una estructura “Atomium”
Dada la sofisticación de sus complicaciones, la decoración naturalmente tiene que estar al mismo nivel. Jaeger-LeCoultre claramente lo comprende, ofreciendo una atención excepcional al detalle en la esfera. La carta celeste, por ejemplo, está elaborada en esmalte Grand Feu azul oscuro, con las estrellas transferidas a su superficie en tinta blanca.
Rodeándola hay una estructura calada “Atomium” que hace eco a las líneas conectivas de las constelaciones. Está realizada en color dorado en lugar de oro macizo para mantenerla ligera, lo cual es importante ya que mover todos estos elementos alrededor de la esfera requiere una energía significativa. Incluso el tourbillon, por ejemplo, está hecho de titanio para reducir el peso. Debajo del enrejado dorado se encuentra una base lacada en azul oscuro, añadiendo profundidad a la construcción de tres capas de la esfera.
Dentro del reloj se encuentra el Calibre 945, que debutó hace 15 años, en 2010. Es un movimiento de cuerda manual con una reserva de marcha de 40 horas. Lo que es particularmente interesante de este movimiento es la vista desde la parte posterior, donde el mecanismo del repetidor de minutos se muestra en todo su esplendor. Es un repetidor sólido lleno de innovación, desde las campanas tipo catedral fijadas al cristal de zafiro trasero para una resonancia máxima, hasta los martillos tipo trébuchet patentados por la marca que mejoran la potencia de golpeo y el volumen.
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